Mi primer encuentro con Miguelanxo Prado fue a través de su obra "Tangencias" (editada en castellano por Norma Editorial, 48 págs., color), un regalo del dibujante murciano Juan Álvarez, que lo conoce y admira desde hace mucho tiempo. Me impresionó la calidad del dibujo, su técnica y su color, y, sobre todo, la coincidencia en cuanto a emociones, en un momento de mi vida especialmente sensible al análisis de las relaciones de pareja.
Un tiempo después me compré "Trazo de tiza" (la tercera edición, también de Norma Editorial, incluye tres páginas inéditas de homenaje a Hugo Pratt; 92 págs. en color) y también "Pedro y el lobo", que regalé a un amigo adolescente con la esperanza de que no lo tire y un día, aburrido de los 40 Principales, la curiosidad le pique y busque en el Emule del momento la obra musical que resuena alrededor de esta historia, tan bellamente dibujada por el artista coruñés.
En el Salón del Cómic de Barcelona de este año 2006 pude disfrutar de una importante exposición de originales de M. P. y después hice cola durante más de una hora para que me dedicara un libro. Llegó mi turno y me hizo un dibujo con un "saludo atlántico", en sus propias palabras escritas, que guardo con celo. Miguelanxo y yo nacimos el mismo año, el 58. Consecuentemente, soy una señora "hecha y derecha" y, aviso, no participo del fenómeno fan. Sin embargo, tuvo todo el sentido del mundo vivir la disciplina de la espera, hacer tiempo junto a otros muchos que también deseaban acercarse al autor unos minutos, verle dibujar e intercambiar unas frases con él. Fue un tímido homenaje a alguien que nos ofrece en imágenes grandes dosis de poesía; que es capaz de llegar muy hondo en los sentimientos humanos en unas pocas viñetas; que ha apostado por un género literario tan poco considerado que está casi a punto de desaparecer, al menos en nuestro país…
Lo último que he podido disfrutar de Miguelanxo es un corte de su película de dibujos animados, a través de Internet. Lo que he visto me ha impresionado; estoy deseando que llegue a Murcia, donde vivo. Por si no ha quedado claro, envidio la oportunidad que tenéis, gallegos, de acercaros a la totalidad de su obra y a su persona en muchas más ocasiones que nosotros. Y, si aún no habéis entrado a fondo, os invito a ello: aprovechadlo antes de que se lo rifen aún más por ahí afuera, antes de que se haga tan grande que sea de imposible acceso.
Teresa Jular
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